Las frutas de color amarillo son una buena fuente de Vitaminas, entre ellas la C y A que protegen de las infecciones y ayudan a mantener una buena visión. Iniciar cada vez con una fruta y observar cualquier reacción alérgica. Ofrecer preparaciones con banano, papaya, granadilla, guayaba, pera, manzana, melón, maceradas con leche materna, sin adición de azúcar ni agua. Suministrar 2 o 3 cucharadas postreras al día, según la tolerancia del bebé, hasta alcanzar tres veces al día. Elija siempre las de cosecha y las que se producen en la región.
Las verduras y hortalizas de color verde o amarillo, son fuente de Vitaminas, entre ellas la C, B y la A. Ofrecer: auyama, zanahoria, brócoli, acelga y espinaca, preparadas en puré y maceradas con leche materna, no es necesario agregar sal ni condimentos. Suministrar 2 a 3 cucharadas postreras, una vez al día y luego dos veces, e incrementar la cantidad según la tolerancia y aceptación del bebé.
Las carnes de res, pollo, pescado, pajarilla, hígado, son buenas fuentes de proteínas, hierro y zinc. El hígado aporta hierro, Vitamina A y folato. La yema del huevo aporta proteínas y Vitamina A, pero no es fuente de hierro. Las proteínas y el hierro ayudan al crecimiento, previenen la anemia y la desnutrición.
Inicialmente, las carnes y vísceras, se preparan maceradas o licuadas. Las papillas de verduras, pueden llevar un poco de carne de res, o pollo, o pajarilla, o hígado de aves, todos ellos, macerados o licuados, sin adicionar sal ni condimentos. Iniciar con 1 o 2 cucharaditas tinteras una vez al día, y aumentar dos veces al día, según la tolerancia y aceptación del niño o niña. El niño debe recibir la parte solida de estos alimentos y no el caldo.
Las leguminosas secas, a partir de los diez meses de edad y no antes, ofrecer preparaciones con las leguminosas secas como las alverjas, los frijoles, las lentejas y garbanzos, estas son buena fuente de proteínas y contienen algo de hierro. Combinar en el mismo plato, leguminosas, con arroz, frutas y verduras, mejora el valor nutritivo y ayuda a la absorción de hierro. El caldo de frijoles no aporta todos los nutrientes.
Los productos lácteos, como la leche, el queso, y el yogurt, son buenas fuentes de calcio, proteínas, energía y vitaminas del complejo B. Después del año se puede ofrecer leche de vaca pasteurizada en distintas preparaciones y continuar con la lactancia materna.
Los cereales, como avena, arroz o pastas, son fuente de energía que ayuda al crecimiento, A las preparaciones se puede agregar media cucharadita tintera de aceite, o leche materna, no es necesario adicionar sal ni condimentos. Ofrecer estos purés, 1 a 2 veces al día en las comidas principales. También puede preparar purés de papa o plátano u otros tubérculos o raíces de producción local.
Los aceites son fuentes concentradas de energía y de ciertas grasas esenciales que son necesarias para el crecimiento y desarrollo, solo se requieren pequeñas cantidades para las preparaciones y no utilizar margarinas o mantecas.
A los diez meses, los niños y las niñas, deben estar recibiendo alimentos grumosos o en pedazos, esto permite que aprendan a masticar y deglutir, si esto no ocurre, se aumenta el riesgo de tener problemas en la alimentación a partir de esta edad.
A los 12 meses, la mayoría de los niños pueden comer la misma alimentación que el resto de la familia, cuidando que sea saludable y densa en nutrientes.