
La gran mayoría de las ITS en la embarazada y en su hijo o hija,se pueden tratar y prevenir siempre y cuando se detecten y manejen lo más temprano posible en la gestación, pero sobre todo recuerde que el uso correcto y consistente del condón masculino o femenino puede prevenir casi todas las ITS.Algunas de las infecciones de transmisión sexual (ITS) se pueden transmitir de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia; este tipo de transmisión se conoce como
transmisión materno infantil o transmisión vertical. Las principales ITS de transmisión vertical son el VIH, la sífilis, la hepatitis B, la clamidia y la gonorrea. Si esas infecciones se detectan
temprano en la gestación y se tratan oportunamente disminuye mucho el riesgo de transmisión. Por eso es muy importante que tan pronto una mujer sepa que está embarazada acuda al
control prenatal, donde le debe recibir
asesoría sobre estas infecciones, y previo
consentimiento informado por escrito (voluntario, libre de coerción, con lenguaje sencillo y fácil de entender), realizar las
pruebas de laboratorio para VIH, sífilis y hepatitis B, tal como está establecido en las
guías para la atención prenatal. Es ideal que repita estas pruebas cada trimestre del embarazo. Para prevenir estas infecciones, así como la trasmisión a su hijo o hija, es recomendable que use adecuadamente el
condón durante el embarazo y la lactancia. Todas estas acciones están incluidas en el POS.
El
VIH
se puede transmitir en un 45% de los casos si la mujer embarazada no está en tratamiento. Es posible prevenir casi todos los casos de transmisión vertical si se siguen las indicaciones de la “Estrategia para la eliminación de la transmisión materno infantil del VIH y de la sífilis congénita” administrando
antirretrovirales oportunamente tanto a la madre como al recién nacido y
evitando la lactancia materna. También se recomienda que el parto sea por
cesárea si la mujer no está tomado antirretrovirales, los comenzó tarde, no está controlada la infección por VIH o no conoce su carga viral. Tenga en cuenta que si la mujer inicia antirretrovirales en el embarazo debe seguirlos tomando
durante toda la vida, al igual que cualquier paciente con VIH.
La transmisión de la
sífilis de la madre al niño puede causar aborto o la muerte del recién nacido, bajo peso al nacer, prematuridad y malformaciones congénitas, entre otras complicaciones. La probabilidad de transmisión depende del estadío de la sífilis materna y el momento del embarazo. En la sífilis primaria o secundaria la probabilidad es del 70% al 100%, en la latente temprana 40% y en la tardía 8%. La sífilis en el embarazo es
muy fácil de detectar y de tratar, así que no es justificable que hoy en día sigan naciendo niñas y niños con sífilis congénita.
La transmisión materno infantil de la
hepatitis B puede causar infecciones crónicas en los recién nacidos que con el tiempo pueden llevar a producir cirrosis o cáncer de hígado. Al igual que con las otras infecciones existen alternativas que pueden
prevenir la transmisión de madre a hijo de la hepatitis B. La vacunación de los recién nacidos contra la hepatitis B en las primeras 12 horas de vida y la administración de la gamaglobulina son medidas clave para la prevención.
Hoy en día se recomienda el uso de
pruebas rápidas para el diagnóstico de estas ITS en los sitios de atención prenatal, garantizando el resultado en la misma consulta. Si una mujer presenta una de estas infecciones tenga en cuenta que
es necesario que la o las parejas también se hagan las pruebas y tratamientos necesarios porque de otra manera no va a ser efectivo el abordaje.
La clamidia, gonorrea, herpes y papiloma se pueden transmitir en el momento del parto. Para prevenirlas es necesario realizar algunas
profilaxis específicas para el recién nacido.