Bogotá D.C., 24 de marzo, 2023 – Durante los últimos años, el mundo ha vivido un
resurgimiento de la tuberculosis, una enfermedad que se creía superada, pero que se ha
multiplicado con el aumento de las brechas sociales y la aparición de resistencias a los
tratamientos derivadas, principalmente, de mal uso de antibióticos.
Según la OMS, al menos un tercio de la población humana del planeta ha estado expuesta
a la bacteria Mycobacterium tuberculosis y cada día aproximadamente 30.000 personas
desarrollan la enfermedad, sin embargo, hoy es posible no solo prevenirla sino curarla y
erradicarla. Esto, claro, si se articulan políticas públicas que garanticen a toda la población
un diagnóstico oportuno y acceso a tratamientos sin distingo de la condición económica
de los pacientes, así como acciones de prevención que atiendan las desigualdades a las
que está asociada.
El año pasado, Colombia presentó, según el Instituto Nacional de Salud, 17.043 personas
enfermas de tuberculosis y 439 de tuberculosis farmacoresistente. Estas cifras son
mayores al número de casos esperado y plantean un importante reto al sistema de salud
para enfrentar la enfermedad y las condiciones que han permitido su aumento, en
especial la agudización de la pobreza.
Al respecto de lo anterior, William Robles, subdirector de Enfermedades Transmisibles del
Ministerio de Salud y Protección Social, aseguró que "la tuberculosis es una enfermedad
ampliamente conocida [...] la tenemos en combinación con otros elementos y distribuida
en la población general: cada día 48 personas se enferman y 3 mueren por su causa". Y
agregó que "se trata de una enfermedad controlable", por lo que tanto el sistema de salud
como autoridades y ciudadanos deben articular "todos los esfuerzos para que podamos
identificar, diagnosticar y seguir monitoreando a los pacientes que la padecen".
En este mismo sentido, Óscar Cruz, referente del Programa Nacional de Tuberculosis de la
Subdirección de Enfermedades Transmisibles de Minsalud, destacó que entre las personas
que fallecieron el año pasado por esta causa se presentó al menos "un 14% de
comorbilidad por desnutrición", lo cual indica una clara relación entre la garantía de
derechos para la población más vulnerable y los contagios.
No obstante, aseguró que "no solamente debemos ver la tuberculosis como producto de
unas condiciones asociadas a la pobreza, sino pensar en las consecuencias que esta
enfermedad genera entre la población", dado que 51% de los diagnosticados el año
pasado pertenecían al régimen subsidiado en salud y muchos de ellos presentaban una
situación de vulnerabilidad e informalidad en sus empleos, por lo que, al enfrentar la
enfermedad, su capacidad de generar ingresos se vio disminuida: “Las personas más
pobres ven afectados sus ingresos entre un 20% y un 28%, mientras esto no ocurre con las
personas más ricas” que contraen la tuberculosis.
Las declaraciones de los funcionarios se dieron durante el foro “Impacto de la
tuberculosis en las personas afectadas, sus familias y la comunidad: retos y desafíos
para su eliminación en Colombia”, organizado por el Ministerio de Salud en el marco
de la celebración del Día Internacional de la Tuberculosis y la conmemoración del
descubrimiento -en 1882- de la bacteria que genera la enfermedad, por parte del
científico Robert Koch.
Durante el evento, la doctora Gina Tambini Gómez, representante de la OMS-OPS en
Colombia, destacó la importancia de “un trabajo conjunto y unirnos todos los sectores,
pues no es solo una responsabilidad del sistema de salud […] para abordar esas causas
subyacentes en las cuales viven las personas con esta enfermedad”. Por esto, se debe
trabajar en políticas públicas que atiendan temas como el empleo, la vivienda, el
saneamiento básico, la seguridad alimentaria y la educación de la población más
vulnerable, para cerrarle el paso a la tuberculosis.
Para este año, Minsalud aumentó en 64,9% los recursos transferidos a los entes
territoriales con el fin enfrentar la tuberculosis. De acuerdo con el doctor Robles, con esta
inversión, que viene aumentando desde finales del año pasado, “estamos fortaleciendo
gran parte del territorio con pruebas moleculares para que podamos tener un mejor
diagnóstico, pero esto nos ha revelado que tenemos más casos de los que creíamos y
casos que se presentan en nuestra población infantil, así que no podemos bajar la
guardia”.