Audio de Ana María Peñuela, coordinadora del Grupo Población y Desarrollo.
Bogotá D.C., 28 de noviembre de 2020. En la actual emergencia que se ha originado por las lluvias en gran parte del país y en la cual muchas familias han tenido que alojarse en albergues temporales, uno de los escenarios posibles es que se podrían agudizar situaciones de tensiones y conflictos que pueden derivar en expresiones de violencias, las cuales afectan principalmente a las mujeres, los niños, niñas y adolescentes.
Así lo indicó Ana María Peñuela, coordinadora del Grupo Población y Desarrollo, que aseguró que "las emergencias y desastres naturales impactan de manera diferenciada a las mujeres frente a los hombres, debido a que ellas deben seguir asumiendo los roles tradicionales de cuidado de su familia, de manera más intensa en los albergues y en condiciones no adecuadas o difíciles, por lo que su situación de vulnerabilidad puede incrementarse".
Por su parte, los niños, niñas y adolescentes en ciertos casos en los que primen concepciones socio culturales de subvaloración y donde se justifique la violencia como opciones de cuidado y crianza, el alojamiento en albergues por situaciones de emergencia, pueden agudizar estas situaciones.
Al respecto, Peñuela indicó que "es importante tener en cuenta algunas orientaciones para la prevención de violencias y especialmente las violencias de género y violencias sexuales en los albergues o lugares de acogida".
Prevención de violencias
- Ubicar a personas líderes. Ellos pueden resolver sus dudas, orientar sobre cuidado y crianza.
- Dialogar y establecer acuerdos de convivencia y respeto en las relaciones familiares y comunitarias.
- Buscar alternativas para resolver los conflictos que se presenten.
- Revisar y concertar en familia (incluyendo a los niños, niñas, adolescentes y los adultos mayores, las tareas que pueden distribuirse de manera igualitaria.
- Concertar y establecer rutinas de aseo, alimentación, actividad y descanso.
- Promover el cuidado personal de todos los integrantes. Es importante que cada uno haga su parte, empezando por sí mismo, un ejemplo de ellos son los cuidados básicos de higiene.
- Promover el cuidado mutuo, atendiendo de manera especial al cuidado y protección de los niños, niñas y adolescentes, el autocuidado y normas de desplazamientos y acompañamiento permanente.
- Recordar, sin alarmarse, que el covid-19 sigue presente, lo cual exige sostener las medidas sanitarias necesarias para evitar el contagio.
Orientaciones para los albergues
- Establecer pactos de rechazo a cualquier tipo de violencias contra las mujeres, niñas y niños.
- Distribuirse las tareas de cuidado entre todas las personas integrantes del grupo familiar o comunitario, sin distinción de sexo.
- Tener a la mano el número de la Policía u otra línea de atención a víctimas de violencias de género o violencia sexual.
- Organizarse por grupos y turnos para cuidar de las niñas y niños.
- Tomar las decisiones de organización y funcionamiento de los albergues de manera conjunta entre hombres y mujeres.
- Reconocer que los gritos y humillaciones a las mujeres, también son violencia.
- Denunciar a las autoridades todos los casos de violencias de género y violencia sexual que se presenten en los albergues.
- Conversar con niñas y niños para que reconozcan en qué casos pueden estar siendo víctimas de abuso o violencia sexual, y para que comuniquen de manera inmediata a una persona adulta de su confianza.
- Escuchar, creer y acompañar a las víctimas de violencia de género o violencia sexual y solicitar ayuda a las instituciones para la atención.
Adicionalmente, para la prevención de violencias contra niñas, niños y adolescentes en albergues, Peñuela solicitó a las familias reunirse y establecer acuerdos, promoviendo que todos se involucren de acuerdo con su capacidad (edad o situación de salud). "Cuando todos los integrantes de la familia cooperan, se logra bienestar", dijo.
De igual manera, se invita a las personas en los albergues a participar activamente en el cuidado de su comunidad con relación a la prevención y manejo de conflictos. Si bien los conflictos son propios de las relaciones humanas, de todos depende ir definiendo las mejores alternativas de solución.
Finalmente, Peñuela invitó a concertar en familia y en comunidad los espacios y tiempos para la actividad física, los juegos y los encuentros entre niños, niñas y adolescentes. "Sabemos que las interacciones son vitales para su desarrollo, pero deben ser moduladas por las normas del albergue y los cuidados sanitarios que la prevención del contagio del covid-19 exige", concluyó.