- Asegura experto durante foro "Lecciones aprendidas y buenas prácticas en emergencias en el sector salud", realizado con el propósito de compartir experiencias y planes de contingencia ante una eventual erupción del volcán Nevado del Ruíz.
Bogotá D.C., 27 de abril de 2023. Convocado por la Oficina de Gestión Territorial, Emergencias y Desastres del Ministerio de Salud y Protección Social, se llevó a cabo el foro "Lecciones aprendidas y buenas prácticas en emergencias en el sector salud", que contó con la participación de expertos de España, Reino Unido, Guatemala, Ecuador y Colombia, reunidos para analizar acciones de atención preventiva y preparación para una eventual emergencia en Colombia.
En la apertura del encuentro, Benjamín Moreno, jefe de la Oficina de Gestión Territorial, Emergencias y Desastres del Ministerio de Salud, destacó la importancia del trabajo armónico de todos los componentes del sistema de salud, así como la participación de las comunidades que se verían afectadas de manera directa en caso de emergencia, y resaltó el valor de la articulación interinstitucional para abarcar todos los escenarios de afectación posible, conocer la capacidad de respuesta y mantener una comunicación precisa y oportuna con la ciudadanía.
La agenda del foro incluyó la coordinación ante una declaratoria de emergencia, así como la capacitación previa y preparación estructural de un plan de contingencia, con la participación de Carlos Iván Márquez, de la Cruz Roja Colombiana, Leonardo Hernández, de la Organización Panamericana de la Salud -OPS-, Nathaly Medina, secretaria de salud del Huila y Eliana Urbano Gómez del Instituto Departamental de Salud de Nariño.
Servicios de salud
Como invitados internacionales estuvieron Rubén Fernández, director Insular de Seguridad y Emergencias del Cabildo de Tenerife; Vanesa García, directora técnica de la Oficina Comarcal Oeste de La Palma, y Domingo Luis Martin, vicepresidente autonómico y jefe de operaciones de Cruz Roja en Tenerife, quienes abordaron el eje "Lecciones aprendidas y buenas prácticas emergencia la Palm, volcán Cumbre la Vieja, España".
Por su parte, Luis Enrique Beleño, ex subdirector de Gestión del Riesgo de la Dirección de Urgencias y Emergencias de la Secretaría de Salud de Bogotá y Luis de la Fuente de la OPS hablaron sobre los servicios de salud para la atención de múltiples víctimas, y los aprendizajes del Volcán de Fuego en Guatemala, respectivamente.
Entre tanto, Claire Horwell, directora de la Red de riesgos volcánicos para la salud de la Universidad de Durham, Reino Unido, (IVHHN) se refirió a planificación para una respuesta sanitaria integral ante una erupción explosiva.
Los panelistas coincidieron en la importancia de actuar de manera coordinada entre las diferentes instituciones tanto del ámbito local como nacional para mantener a salvo a la población, y garantizar atención oportuna y organizada, entre otros aspectos.
Hospitales seguros
La secretaria de salud del Huila, Nathaly Medina presentó la estrategia EAMP, que inicia con la descripción general del evento, la estrategia de respuesta en salud, los componentes de conocimiento de riesgo y los tipos de vulnerabilidad humana, física, administrativa, social, y de equipos e insumos.
Para Medina, la coordinación intersectorial en procesos de gestión del riesgos, urgencias, emergencias y desastres en salud, es fundamental para garantizar una respuesta de salud pública integral. En este proceso, resulta prioritario el desempeño del Comité Operativo de Emergencias (COE), como responsable de coordinar a nivel estratégico la ejecución de las actividades a llevar a cabo antes, durante y después de una emergencia.
Dentro estrategia de hospitales seguros, junto con la Red Hospitalaria Nacional se identifican aquellos que no cuentan con un enfoque de gestión de riesgos, y requieren aplicar planes de mejoras en terreno. Este componente permite tener un diagnóstico global en territorio, orientado a impulsar programas de capacitación directa en cada municipio, y realizar simulacros a través de los protocolos de respuesta con los Consejos de Gestión.
Monitoreo permanente
Por lo demás, Leonardo Hernández, de la Organización Panamericana de la Salud considera esencial que en el marco de la acción intersectorial, se cuente con personal sanitario habilitado para brindar la asistencia humanitaria internacional correcta y coordinada, y evitar que se ocupe tiempo, espacio y recursos brindando, por ejemplo, medicamentos vencidos o no requeridos.
El experto asegura que la preparación no se limita a zonas de impacto directo por una erupción volcánica. Las regiones que ofrecen el servicio de atención de emergencia para recibir a las poblaciones afectadas, deben contar con planes de evaluación, conteo, adecuación, registro de recursos y análisis de capacidad de respuesta. Además, los municipios ubicados en límites con un sitio impactado, deben mantener una articulación interinstitucional que les permita proveer los recursos requeridos para atender a las víctimas.
Las actividades de emergencias deben contar con socios que cumplan con los requisitos de calidad y compromiso, que tengan acceso al sistema y sean objeto de confianza en una articulación efectiva encaminada a implementar medidas de atención oportuna y de servicios esenciales. El monitoreo constante es fundamental para una respuesta rápida.
Planificar, planifica y planificar
Mitigar los efectos de una calamidad pública exige preparación y acción preventiva. Lo cal supone evaluar el grado de impacto y las capacidades institucionales de respuesta; fortalecer y estructurar la coordinación sectorial, al igual que armonizar y difundir herramientas informativas; generar planes de acción coherentes con la realidad y el contexto, y mantener actualizados tanto los procedimientos de solicitud como las políticas de aceptación para la asistencia humanitaria internacional, entre otros aspectos.
Para Claire J. Horwell, la preparación es fundamental, y se desarrolla en cinco pasos: Reunir y escuchar a los expertos; comprender los peligros (no todos los volcanes son iguales ni representan el mismo potencial destructivo); realizar un plan de monitoreo permanente de riesgos y amenazas; diseñar una estrategia para mitigar los peligros y planificar los medios, fuentes y vías de comunicación.
"Es importante que los profesionales de la salud se comuniquen con los vulcanólogos y expertos en análisis de emisiones volcánicas para la evaluación de riesgos para la salud, así como con el personal de gestión de emergencias".
La experta se refiririó al valor que tiene conocer el comportamiento y estilo típico de erupción del volcán, porque esa información ayuda a estimar el nivel y tipo de riesgo. Por ejemplo, si el volcán presenta domo de lava, la ceniza puede contener algo de sílice cristalina (su forma más común es el cuarzo) o si se ha caracterizado por grandes erupciones volcánicas, podría generar abundante ceniza volcánica respirable.
Evaluación de riesgos
La ocurrencia de una emergencia, genera nuevas preocupaciones de salud pública, que deben ser previstas antes de que esta ocurra. Algunas de estas son: la propagación de enfermedades transmisibles, incluidas las transmitidas por vectores que se dan a veces en refugios temporales de evacuación, condiciones sanitarias, el acceso a alimentos sanos y agua potable, atención de lesionados, problemas respiratorios en personas vulnerables, y efectos psicosociales.
La erupción del volcán Tajogaite en isla La Palma, del archipiélago de las Canarias, iniciada el 19 de septiembre de 2021 y concluida el 13 de diciembre del mismo año, cambió la percepción del riesgo volcánico desde el punto de vista de la ciudadanía. Hoy esta ha asimilado las distintas fases eruptivas y posteruptivas a partir de las situaciones que directamente les han afectado.
Un elemento fundamental en el que coinciden los expertos es en la necesidad de contar con una comunicación clara y rigurosa. Cuando se produce una erupción volcánica, las personas que se encuentran relativamente cerca, se preocupan por la calidad del aire y del agua. Es fundamental enviar desde la institucionalidad, mensajes públicos tempranos, realizar análisis para proporcionar evidencia tranquilizadora, enfatizar en el deber del autocuidado evitando la exposición, especialmente para personas vulnerables y distribuir de manera metódica las protecciones indicadas.