- La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo moderado de azúcar, porque el exceso es convertido en grasa, lo que conduce a sobrepeso y obesidad; también contribuye a provocar enfermedades coronarias y a la formación de caries dental.
Bogotá (D.C.), 31 de octubre de 2014.- En el marco del Día de los Niños (Halloween), el Ministerio de Salud y Protección Social resalta la importancia de un consumo moderado de azúcar porque su exceso conlleva a la generación de enfermedades relacionadas con la obesidad, la diabetes y patologías coronarias.
Ana Patricia Heredia, Subdirectora de Salud Nutricional, Alimentos y Bebidas, explicó que el cuerpo humano obtiene la energía necesaria para su funcionamiento de los alimentos que consume; entre ellos están los carbohidratos (harinas y azúcares) que satisfacen la mayor parte de las necesidades energéticas de un individuo y deberían constituir entre el 55% y el 65% de la ingesta diaria, pero enfatiza que los azúcares refinados no deben exceder el 10%.
Hay que tener en cuenta que los alimentos pueden contener distintos tipos de azúcares: de origen natural como el que ese encuentra en la miel y frutas frescas, y el azúcar refinada que se adiciona como ingrediente a las bebidas gaseosas, jugos, helados, vinos, productos de repostería y panadería, postres, mermeladas, salsa de tomate, entre muchos otros. El organismo los asimila y, con la participación de la insulina (una hormona que fabrica el páncreas), ayuda a que las células utilicen la glucosa (el azúcar que corre por la sangre) para dar esa energía.
Heredia aclara que cuando se consumen alimentos sólidos, el organismo registra su ingestión y regula el apetito; pero las investigaciones sugieren que el organismo no registra la ingestión de energía a partir de bebidas azucaradas para luego regular el apetito, luego no percibe sensación de saciedad con éstas bebidas, lo que conlleva un consumo excesivo de las mismas y a su absorción rápida en el tracto digestivo que induce un aumento brusco de la glucosa en la sangre.
Recomienda además tener presente el consumo del azúcar “invisible”, es decir aquella que está presente en muchos alimentos que se toman a diario o de manera frecuente y de la que no se tiene un conocimiento claro de la cantidad exacta; por ejemplo:
- Una lata de gaseosa puede contener el equivalente a 9,8 cucharaditas de azúcar (90% de la ingesta diaria total recomendada de azúcar).
- En un jugo de fruta industrializado, el contenido de azúcar puede ser equivalente hasta 12 cucharaditas (110% de la ingesta diaria total recomendada.
- Cada tinto en la oficina puede agregar a nuestro consumo diario de azúcar, dos cucharaditas por pocillo.
- En una hamburguesa casi todos sus ingredientes contienen azúcar invisible: el pan, la salsa de tomate, la mostaza.
Según el artículo “Onzas de Prevención – el Caso de Política Pública para los Impuestos a Bebidas Azucaradas”, los adultos que consumen refrescos de manera ocasional son 15% más propensos a padecer sobrepeso y obesidad. Esta cifra aumenta a 27% si el consumo es de una o más porciones diarias. El estudio señala además que en niños y adolescentes, el sobrepeso y la obesidad están asociados con un mayor riesgo cardiovascular, colesterol alto, presión arterial alta, diabetes, entre otras.
“La obesidad es el resultado de un desequilibrio entre el aporte total de energía y el gasto energético. Los carbohidratos que se consumen en exceso son convertidos por el organismo en grasa y eso conlleva directamente a la existencia de sobrepeso y obesidad”, dice Heredia. Para controlar el peso corporal la ingesta diaria de calorías debe ser igual al gasto energético que involucra actividad física.
La Encuesta Nacional de Situación nutricional en Colombia (ENSIN) 2010 muestra que cerca del 5% de los niños menores de 5 años tienen exceso de peso y en la medida que se aumenta la edad este porcentaje se va incrementando hasta llegar a la edad adulta (18 a 64 años) a que cerca de uno de cada dos personas adultas (51,2%) presenten algún grado de exceso de peso.
“Para crear y mantener hábitos saludables desde la infancia “es recomendable disminuir el consumo de grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sal e incrementar el de frutas, verduras y la práctica de la actividad física diaria para prevenir las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, entre otras”, aconsejó la subdirectora.
Enfatizó que el consumo de frutas y verduras debe ser por lo menos de 400 gramos por día, lo que equivale 5 porciones entre ambas; de esta manera se ayuda al fortalecimiento de las defensas naturales del organismo contra las enfermedades infecciosas y a la protección de las no transmisibles.
La efectividad del consumo de alimentos “light” para el control del peso no está suficientemente demostrada, pero es claro que pueden contribuir a la reducción y control del peso cuándo se consumen en el marco de un plan alimentario de reducción con control de la ingesta de calorías.