Declaración de Leonardo Arregocés, director de Medicamentos y Tecnologías en Salud.
Bogotá D.C., 6 de agosto de 2022. Desde la liberación del último lote de la
vacuna de fiebre amarilla producido por el Instituto Nacional de Salud -INSen 2002, hace ya 20 años, Colombia no produce vacunas de uso humano. Con
el tiempo la compra de vacunas se concentró en otros países con las
capacidades de producir productos de buena calidad a precios competitivos.
Leonardo Arregocés, director de Medicamentos y Tecnologías en Salud, indicó
que el país ha sabido abastecerse de vacunas principalmente a través del
Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud -OPS- con el fin
de suplir las necesidades de inmunización de la población y para proveerse de
los biológicos contemplados en el Programa Ampliado de Inmunizaciones
(PAI).
“Si bien, esta estrategia había sido suficiente para hacer frente a los tiempos
de calma, la pandemia por covid-19 puso en evidencia que este mecanismo
de compras internacionales fue insuficiente para responder a una emergencia
sanitaria de esta escala de manera eficaz, y que es necesario desarrollar
nuevamente una soberanía en la producción”, dijo Arregocés.
“La dependencia
exclusiva de productos importados funciona bien para los tiempo de calma,
pero no es buena para los momentos de crisis.”
“El Gobierno Nacional vio esta situación como una señal de que debe buscarse
una ventana de oportunidad para suplir la innegable necesidad de producir
localmente vacunas y otros biológicos estratégicos, como parte fundamental
de una estrategia para prepararse y responder de la mejor manera a
emergencias”, agregó el funcionario.
En consecuencia, el Gobierno Nacional del presidente Iván Duque, en cabeza
del Ministerio de Salud y Protección Social, con el concurso del Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación, diseñaron una estrategia de tres fases, con
objetivos claramente definidos, que debe llevar a que el país tenga las
capacidades para descubrir, desarrollar y producir vacunas, otros biológicos y
demás tecnologías que son claves para atender este tipo de emergencias
sanitarias.
Por fases
Arregocés indicó que la primera fase consiste en establecer las capacidades de
hacer el llenado y terminado de vacunas. “Aunque suena sencillo, es un
proceso crucial para lograr que las vacunas lleguen a los brazos de las
personas”.
La segunda fase tiene el objetivo de que Colombia produzca los antígenos, el
componente activo que entrena al sistema inmune para defenderse de la
infección, y las vacunas a granel, a través de la transferencia de tecnologías
desarrolladas en otros países.
Y la tercera fase, liderada por el MinCiencias, proyecta un escenario en el que
el país cuente con las capacidades de investigación, desarrollo e innovación
(I+D+i) para el desarrollo de nuevas vacunas y tecnologías asociadas para
enfermedades que puedan afectar la salud de los colombianos.
“Este no es un camino sencillo y requerirá de un compromiso a largo plazo,
que trascienda las líneas políticas de cualquier gobierno en ejercicio y un apoyo
más amplio de los ciudadanos de la Nación para convertir la visión y la
estrategia en resultados concretos y sostenibles frente a las vicisitudes
provocadas por el paso del tiempo”, mencionó Arregocés.
Es ese sentido, precisó que además que esta iniciativa hace parte de los
objetivos de la “política de soberanía en la producción para apoyar la seguridad
sanitaria” que esperamos sea expedida prontamente. Las acciones para lograr
estas capacidades de producción serán lideradas por la recién creada Comisión
Intersectorial para el Desarrollo y Producción de Tecnologías Estratégicas en
Salud, que será la instancia superior de gobernanza que coordinará y orientará
la política pública relacionada con la producción de tecnologías estratégicas
para la salud pública del país.
En la primera sesión se definieron las acciones
iniciales para generar incentivos para que las empresas interesadas en
establecerse en Colombia, y aquellas que ya están avanzando en la
construcción de sitios de producción, como lo es VaxThera, tengan un camino
más claro.“Estas acciones ya fueron informadas al equipo de empalme y
esperamos continúen con celeridad, porque esta debe ser una política de
Estado y no de Gobierno”, dice Arregocés.
“Con el apoyo de asesores expertos del Banco Mundial, hemos construido la
hoja de ruta detallada, con las actividades inherentes a cada una de las fases
iniciales de este proyecto, contemplando los actores estratégicos, hitos y
plazos necesarios para alcanzar los objetivos planteados en cada una de ellas.
Esperamos que este trabajo sea aprovechado por el gobierno entrante para que junto con la academia, la empresa privada y la sociedad logren los
objetivos trazados en la ruta”, agregó Arregocés.
Finalmente, reseñó que conociendo que el proceso de transición a la
independencia tecnológica de producción de vacunas es lento, secuencial e
implica enormes riesgos para la sostenibilidad de las empresas, ya sean
públicas, privadas o mixtas que inviertan en desarrollar capacidades de
producción, es necesario desarrollar un mercado regional que se comprometa
a adquirir estos productos. Por esto, Colombia ha puesto en marcha un trabajo
regional, con el apoyo de los gobiernos de países latinoamericanos, para
proponer mecanismos que apoyen la sostenibilidad de las empresas que se
establezcan en Colombia o en otros países de la región.
Este esfuerzo se
articula con otros adelantados por organizaciones internacionales como la
CELAC y CEPAL, que buscan el escalamiento de las capacidades de
inmunización en nuestra región.
Abastecimiento de tecnologías de salud, otra labor clave
Durante la pandemia por la COVID-19 se generó una sobredemanda a nivel
mundial para el tratamiento de pacientes en UCI, sometiendo a las cadenas
de producción de medicamentos a una presión exagerada.
Frente a esto, este
Ministerio reforzó la necesidad de contar con diferentes mecanismos o
estrategias que prevengan y mitiguen los potenciales problemas en el
abastecimiento de medicamentos.
“Esto contempla la generación de alertas tempranas frente a potenciales
situaciones en las cuales el mercado no provea en forma adecuada la demanda
esperada, la implementación de un sistema de recepción y análisis de
potenciales incidentes de desabastecimiento para que los actores principales
del sistema registren las alertas”, aseguró Arregocés, quien detalló que la
expedición de regulación encaminada a formalizar las relaciones contractuales
entre los Gestores Farmacéuticos y quienes les proveen los medicamentos.
Con base en lo anterior este Ministerio a través de la Dirección de
Medicamentos y Tecnologías en salud desarrolló un modelo de sistema de
monitoreo, alerta temprana y gestión del abastecimiento para prevenir y
mitigar problemas en la disponibilidad. A través de estimación de la demanda,
el requerir a los operadores logísticos y gestores farmacéuticos contratos para
atender la necesidad, y el monitoreo constante de toda la cadena desde la
importación, producción y distribución podrá mitigarse el riesgo de
desabastecimiento. El sistema permitirá recibir los incidentes que puedan
llevar a un desabastecimiento de los productores o importadores, los gestores
farmacéuticos, las EPS, las IPS y los usuarios.
Teniendo en cuenta estos reportes, según el trabajo ya desarrollado por la
Dirección de Medicamentos, se tomarán las acciones para prevenir el
desabastecimiento. “El objetivo es identificar las alertas lo más temprano
posible para tomar acciones que impidan el desabastecimiento. La pandemia
nos enseñó mucho sobre cómo podemos prevenir y atender estas situaciones
y con base en estas reflexiones desarrollamos un modelo que esperamos el
gobierno entrante continue con su implementación”, dijo Leonardo Arregocés
Castillo, Director de Medicamentos y Tecnologías en Salud.
Frente a las potenciales situaciones de desabastecimiento se tiene previstas
acciones e intervenciones al mercado usando los instrumentos legales
disponibles o desarrollando las figuras previstas por la Ley.
Se espera implementar un piloto para el sistema de monitoreo del
abastecimiento, priorizando medicamentos con historial de desabastecimiento
y alto impacto en la salud pública, proyectando su demanda y contrastando
dicha demanda frente al comportamiento de la oferta, para lo cual se usará la
información reportada por las EPS para el cálculo del valor de la UPC, la
información de ventas reportada al SISMED y otras fuentes que aporten
información relevante.