“París es del rey, mi cuerpo es mío”
Expresó una joven en Lyon (Francia) en el siglo XVI, al ser juzgada por haber tenido relaciones sexuales con su novio. La defensa de los derechos sexuales ha estado presente en toda la historia humana.
Los derechos sexuales son los mismos derechos humanos aplicados a la vivencia de la sexualidad. Están internacional y nacionalmente reconocidos para garantizar el desarrollo libre, seguro, responsable y satisfactorio de la vida sexual de todas las personas.
Explicitan que “las relaciones igualitarias entre las mujeres y los hombres respecto de las relaciones sexuales y la reproducción, incluyen el pleno respeto a la integridad de la persona, exigen el respeto y el consentimiento recíprocos y la voluntad de asumir conjuntamente la responsabilidad de las consecuencias del comportamiento sexual”. (Párrafo 96 de la Declaración y Plataforma de Acción de la Conferencia internacional de la mujer en Pekín, 1994).
Con el reconocimiento de que
los derechos sexuales son independientes de los derechos reproductivos,
el Ministerio de Salud y Protección Social en sus distintos planes, programas y proyectos, promueve los derechos sexuales desde una mirada laica y una ética civilista que respete la libre expresión de la sexualidad. La promoción, respeto, protección, exigibilidad y reivindicación de los derechos sexuales son un
continuum
durante el curso de vida de todas las personas para asegurar su garantía y restablecimiento cuando han sido vulnerados.